Héroes Olvidados

Nostalgia, charlas, comentarios

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Héroes Olvidados:

Los defensores de Iturbide

Cañoncito, donde comienza el Cañón de Sta. Rosa hacia Linares.

La verdad no traerá de vuelta a los muertos, pero los libera del silencio.

José Zalaquett

Miembro de la Comisión de la

Verdad y Reconciliación Chilena


Durante los años de la Revolución Mexicana el país estuvo en caos generalizado. El 19 de febrero de 1913 Pedro José Domingo de la Calzada Manuel María Lascuráin Paredes fue Presidente de la República de 17:15 a 18:00 hrs, y nombró como Secretario de Gobernación a Victoriano Huerta, quien pasó a ser Presidente.


Si revisamos la vida de los héroes de la Revolución, vemos como unos asesinaban a los otros en la lucha por el poder y la riqueza nacionales.


Muchas de las pequeñas poblaciones quedaron casi abandonadas, pues los habitantes de éstas que podían hacerlo, huían a las ciudades para evitar los asesinatos, saqueos y despojos cometidos por gavillas de bandidos que se autonombraban revolucionarios.


En Iturbide para 1912 los “revolucionarios” quemaron los archivos, y en los años siguientes continuaron los robos a casas habitación, asaltos en caminos y saqueo de ganado.


Pero no fue sino hasta la guerra civil entre constitucionalistas y convencionalistas (1915) que se agravaron los problemas en el Municipio. Incluso el gorrión común, gorrión carmelita, chileo o comesebos pasó a ser “carrancista”, pues también se dedica al “carranceo” o a “carrancear”.


En 1916 Remigio B. González informaba al Gobernador del Estado, Pablo A. Garza, que había formado un Cuerpo de Rurales integrado por 45 hombres para resguardar la seguridad pública, incluía nombres, grados y lugar de residencia de éstos:


San Pedro: Cabo 1º, Norberto Chávez; Cabo 2º, Ismael González, y diez soldados: Tiburcio Villanueva, Eusebio Martínez, Anastasio Sánchez, Arnulfo Martínez, Pedro Balderas, Camilo Sánchez, Domingo Izquierdo, Cipriano Medeles, Trinidad de la Cruz y Pablo Espurvoa.


Laguna de Santa Rosa: Los cabos Andrés Martínez y Juan Pérez, y los soldados Tomás Bravo, Pedro Valle, Auscencio Dávila, Calisto Alvarado y Blas Luna.


San Antonio de Cuevas: Margarito Chávez, Reynaldo González, Fructuoso Cuevas, Honorato Mancillas, Luis Basaldúa, Luis Ibarra, Pedro Bernal, Alejandro Torres y Pablo Rivera.


La Boquilla: Guadalupe Luna Martínez, Juan Arias y Macedonio Basaldúa.


Santa Inés: Crecencio Pérez, Ignacio Iracheta, José Carranza y Antonio Luna.


EL Madroño: Cesáreo Luna, Lucio Frauers y Valentín Luna Marínez.


La Purísima: Sóstenes Huerta, Joaquín Moreno y Guadalupe Sánchez.


Camarones: solamente se reporta al Cabo 1º Pilar Torres y como en la cuenta faltan tres para los 45 integrantes del Cuerpo de Rurales, podemos suponer que éstos hayan sido soldados de aquí o que nunca se les nombró (Alvarado, Fco. J. 2010. Disturbios Revolucionarios en Iturbide, Nuevo León. pp. 24-42).


El año de 1918 el Municipio tuvo al menos tres alcaldes, pues nadie lo quería ser: por marzo aceptó el cargo Manuel Dávila, para el verano ya era Alcalde Remigio B. González y por junio fue Suplente Baldomero Martínez (p. 53).


Aunque para entonces ya eran pocos los pobladores de la región, por estar emparentados tenían el acuerdo de informarse los unos a los otros lo antes posible de cualquier cosa extraña que observaran.


El 23 de septiembre (1918) se encontraba Simón Martínez en una de las labores de la Laguna de Santa Rosa cuando vio una polvareda que avanzaba hacia San Pedro, de inmediato montó a su caballo para ir a dar la alarma. Así es que para cuando llegaron los bandidos bajo las órdenes de Mucio Pérez a la Villa, las mujeres y los niños ya se habían ido a esconder por los arroyos rumbo al Cerro del Picacho, sólo quedaban Remigio González y unos cuantos hombres jóvenes ( Alvarado, Fco. J. 2010. Disturbios Revolucionarios en Iturbide Nuevo León. pp. 53-5).


Remigio llevó a algunos de los jóvenes a la entrada oriente de Iturbide y dio a cada uno de ellos un fusil y un puño de balas, con instrucciones de defender al pueblo, mientras él iba a ver que las mujeres estuvieran seguras ... (Gómez Danés, P. 2000. Monografías de la Villa de San Pedro de Iturbide IV: Historia Viva, pp. 12-13).

Arroyo de Los Pizarrines

Cuando la gavilla se fue, regresaron los pobladores y encontraron los cadáveres de: Pablo Martínez Meléndez, Ciro de la PeñaMeléndez, Simón Martínez y Calletano Galindo -hijo- por el arroyo de “Los Pizarrines”, entre las faldas de “El Picacho” y la loma del panteón. A dos cuadras al poniente de la Plaza Bernardo Reyes, frente a un casa que llamaban “El Faro”, estaba el cuerpo de Eduardo Chávez Peña.


Ninguno de los muertos formaba parte del Cuerpo de Rurales enlistado más arriba.


Remigio González huyo para Linares después de estos hechos.


En la gavilla del “General” Mucio Pérez participaba Marcial Oviedo, reo acusado de abigeato que se había fugado en marzo y quería vengarse de las autoridades locales. Los bandoleros capturaron a Don Baldomero y lo amarraron con una de las puntas de una reata, y la otra la ataron a la cabeza de la silla de un caballo, lo descalzaron y por algún tiempo lo hicieron correr detrás del caballo, hasta que ya no pudo más y entonces lo arrastraron por “El Cañón del Novillo”.


En esa ocasión también se llevaron a una de las hijas de Don Baldomero, Rosario, de la que no se volvió a saber.


Muchos años después murió Remigio B. González debido a una explosión, pero no de artillería, sino de un tanque de gas. En la lápida de su tumba se puede leer su grado militar : Teniente Coronel .

Cerro de la Bandera:

testigo de actos heróicos, desesperados y de momentos felices en San Pedro.

“I am human, I consider noting human alien to me.”

Terence

Soy hombre, y nada humano me es ajeno.

Terencio