Hasta el Límite …

Andanzas y Peripecias en Iturbide

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Triunfo de la Revolución en Iturbide

Anastasio E. Guzmán, Primera Autoridad en 1923, solicitaba al Cabildo se hiciera justicia, pues sufrió “asalto y ultrajo” a mano armada por parte de Eusebio Velasco Casas.


Según el reporte, los hechos sucedieron así:

El día 31 de mayo, entre las 11 y 12 horas, después de haber estado en el despacho en la Presidencia Municipal, atendiendo asuntos de carácter oficial, “me dirigía a mi domicilio”; pero decidí mejor ir a una huerta que poseo en los suburbios al oriente del pueblo, distante aproximadamente a un kilómetro del centro (por El Álamo), y “al penetrar en dicha huerta, en un lugar cubierto de vegetación”, repentinamente se presentó el señor Eusebio Velasco Casas, “persona de las más caracterizadas del lugar”, quien me abordó afirmando que la actual Administración no sólo perjudica al comercio y al público en general con la disposición del cierre dominical de los comercios, sino que extorsiona con los impuestos que cotizó.


El Alcalde contestó que aquél no era el lugar apropiado para presentar la queja, ni era de su competencia el resolver aquel asunto.


Velasco replicó “que para él sí era el sitio a propósito” y con actitud hostil intentó sacar la pistola que llevaba a la cintura; “hice un violento movimiento para evadirlo, no lográndolo porque me tropecé con algunas yerbas y caí de rodillas, y para cuando me puse de pie, ya dicho señor Velasco estaba como a 6 metros de distancia con la pistola en la mano, dirigiéndome injurias y amenazas hasta más no poder, dada la circunstancia que me encontraba completamente indefenso”.


Anastasio reportaba haber denunciado aquellos hechos ante la Autoridad Judicial, y que además fue a mostrar las “huellas y vestigios”. No obstante el haber aportado pruebas, “me consta”, no se procedió a la detención de dicho individuo.


Conociendo el carácter impulsivo y tendencias altaneras de Velasco, solicitaba a aquel “Cuerpo Edilicio” fuera castigado el transgresor.


Firmaron el documento:

Heliodoro Chávez, Regidor 1º; Francisco Martínez, Regidor 2º; Manuel Meléndez, Regidor 3º; y el Síndico, Isidro Castillo (pp. 60-1).

Conspiradores Contra la Autoridad

Al final del período de Álvaro Obregón como Presidente de la República (1920-1924), al saberse que pretendía imponer como su sucesor a Plutarco Elías Calles estalló la rebelión delahuertista.


En Nuevo León ganó las elecciones como Gobernador Constitucional Don Alfredo Pérez, pero fue sustituido por el Gobernador “Provisional” Anastasio Treviño. Anastasio Guzmán, Alcalde de Iturbide, lo reconoció en octubre de 1923.


En relación a noticias publicadas por la prensa, con motivo de los levantamientos armados en algunas partes del país, en diciembre de 1923 decía Anastasio E. Guzmán: “en el Municipio que es a mi cargo reina la tranquilidad”. Aunque también informaba que en Iturbide había personas que hacía labor “en contra de la autoridad”, entre las que figuraban José María Martínez, Eusebio y Aureliano Velasco, y Jesús María Espurvoa, los que se reunían de forma “frecuente y secreta”. También reportaba que el primero de éstos era el director del grupo y el último tenía el cargo de jefe de la Policía Rural. Lo informaba para que así se lograra “evitar algunos disturbios o atentados” que pudieran ocasionar aquellos elementos delahuertistas (p. 62).


En octubre de 1924 renunció como Recaudador de Rentas Jesús María Espurvoa y “casi desaparece de la faz de Iturbide”, pues encontró trabajo en Linares (p. 66).

Un Informe “Priista” Antes de que el PRI Naciera

A fines de 1923 Anastasio E. Guzmán fue el primer Alcalde que envió al Congreso un informe mecanografiado (y con cifras muy alegres), ya que los anteriores eran redactados por escribanos. En este informe se nota que “triunfó la Revolución”:


“Proliferaron las Escuelas Rurales Federales en las comarcas de Santa Rosa, Purísima, Camarones, La Boquilla, El Madroño y Jazmines.


“Al realizar una visita el Alcalde y el Maestro Misionero por marzo `se encontró que la asistencia media diaria de alumnos matriculados y adultos fue: 75 en Santa Rosa, 30 en La Purísima, 59 en Camarones, 24 en La Boquilla y 56 en El Madroño´.


“Se aprovechó la visita para instar a los habitantes de cada comunidad a construir las llamadas “Casas del Pueblo” (o planteles escolares del rancho) de su propio peculio, pues ellos se encargarían de la construcción y cuidado de las mismas.


“Faltaban de instalar las escuelas en Santa Inés, 30 niños; Los Pinos, 15 niños; y San Antonio, 25 niños.


“La mortalidad fue muy escasa y la repoblación del Municipio aumentó.


“Se contrató al Profr. Eliseo Abrego para la Escuela Mixta de Iturbide (después Aquiles Serán), aunque se carecía de mobiliario y útiles escolares debido a la situación económica que dejó la Revolución.


“De mejoras materiales, ni hablar: se reconstruyeron el Salón Municipal, la escuela y la cárcel en sus puertas y techos, se puso bancas en la plaza principal, se reconstruyó algún tramo de la Carretera Linares-Iturbide, se arregló el puente del Ojo de Agua y se implementó un mecanismo para recoger agua pluvial a través de presas de almacenamiento.


“Los fondos públicos estuvieron manejados por personas de honorabilidad.


“A los comerciantes se les dieron facilidades para abaratar los artículos de primera necesidad.


“El Alcalde y el Maestro Misionero alababan la generosidad del C. Graciano Torres, quien había sido Alcalde, comerciante y fabricante de vino mezcal, por haber donado el terreno y setenta pesos en efectivo para que se construyera “la Casa del Pueblo” en Jazmines, donde vivía por entonces.


“Estas fueron a grandes rasgos las actividades que `ejecuté con la buena cooperación del Ayuntamiento que presidí´” (pp. 62-4).