Entre Judíos, Moros, Cristianos “y Otros”

Moises T. de la Peña Meléndez

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Entre Judíos, Moros, Cristianos “y Otros”

Parece que el apellido “Meléndez” se extendió a Linares del cercano Tamaulipas a mediados del siglo XVIII -San Felipe de Linares se fundó en 1712-. Los “de la Peña” quizá llegaron de Saltillo, Durango o de Guadalajara donde abundan y los hubo desde los primeros tiempos de la conquista, sobre todo en Guadalajara.

Según parece, el apellido Meléndez es de origen judío; en tanto que los viejos de la Peña a la legua denuncian su pinta árabe mestiza de indio, más que de indio con español. En una época en que tuve malquerientes, éstos solían aludir a mí como “ese turco cabrón”, los muy ignorantes, porque nada tienen en común los turcos con los árabes, como no sea la religión. Otro tanto me aconteció en mi recorrido por China, cuando hube de aclarar repetidas veces que no era mahometano, al mostrar los meseros sus extrañeza cuando les pedía huevos con jamón para el almuerzo. En Constantinopla, ante mi ignorancia de la lengua turca, me preguntaban si era persa. En efecto, la estampa de mi abuelo paterno, de mi padre y de varios hermanos y sobrinos era y es “clavadísima” de viejos árabes, lo barbudos y los bellos ojos femeninos de la familia lo confirman. Tales rasgos se conservan en gran parte a través de numerosas generaciones por la escasa mezcla de sangre, característica de pueblos chicos que por siglos vivieron en el aislamiento.

Calle Juárez (vista desde Constitución)

Tan sólo en lo que alcanzan mis recuerdos familiares, encuentro numerosos casos de parientes casados entre ellos: mis bisabuelos maternos eran primos hermanos, y primos los abuelos, en consecuencia.

En Linares, Filiberto, hermano de mi madre, se casó con su prima hermana Belén Meléndez. Allí mismo Flavia, hermana de Belén, se casó con su primo Mateo Meléndez.

En Iturbide, Felipe Meléndez , primo hermano de mi madre, se casó con su también prima hermana Dolores, de igual apellido. Mi hermana Irene se casó con Cristobal Meléndez, primo hermano de mi madre. Carlos y Enrique, hermanos de mi padre, se casaron con Elvira y Herlinda, respectivamente; hijas de Francisco de la Peña, primo hermano de aquellos. Rosa, hermana de mi padre, se casó con su primo Rodrigo González. Jesús Peña “chico” se casó con Marcelina Villanueva, viuda de su hermano mayor. Antonio Peña, primo hermano de mi padre, se casó con Anselma, hermana de éste. Mi hermano Elías se casó con su prima Apolonia Meléndez, y sus hijos Belia y Humberto se casaron con sus tíos segundos Daniel y Altagracia Torres de la Peña, respectivamente. Armando Torres de la Peña se casó con Lilia Meléndez de la Peña, ambos hijos de primas hermanas. En fin, Baldomero Martínez se casó con sus primas hermanas Teresa y Joaquína, de iguales apellidos, en primeras y segundas nupcias, respectivamente. Iturbide durante un siglo, hasta 1,930, nunca tuvo mucho más de 500 habitantes, y ahora cosa de 1,500.

Calle Juárez (casi esquina con Colegio Civil)

En Galeana, con algo más de 2,000 habitantes en el mismo siglo, Aureliano Meléndez, uno de los 24 hijos del famoso tío Eulogio, se casó con Carlota Muñoz, su prima de Aramberri, fueron padres de tres bellas hijas -como las hay con frecuencia entre los Meléndez.

En Monterrey, pese a su millón y medio de habitantes, “para todos los gustos”, una hija de Belia (8a. G), acaba de casarse con su primo hermano Marco Antonio de la Peña (9a. G), nietos de Elías (7a. G).