La Larga Noche del Sur

Andanzas y Peripecias en Iturbide

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La Larga Noche del Sur

De 1900 a 1907 hubo auge económico en todos los municipios del Estado (Balderas P., p. 73). En 1908 el Gobernador Bernardo Reyes firmó la ley que protegía el salario de los trabajadores del campo “aunque en Galeana nunca hubo explotación propiamente dicha “ (p. 74). Prueba de lo dicho es que cuando llegó la revolución no se registraron movimientos armados contra los hacendados como en el interior de la República (P. 74).


La mayoría de los hacendados eran consecuentes con sus trabajadores, aunque existían algunos que tenían fama de crueles, como don Reynaldo Ramos, dueño de EL Potosí, al cual mató uno de sus trabajadores (pp. 134-5).


Al caer Victoriano Huerta las facciones se dividieron, también en Galeana hubo villistas y carrancistas. No faltaron las gavillas de bandoleros que cometieron atropellos, atacando a las mujeres y llevándose cuanto tenían al alcance (p. 136).


Se acabaron las grandes haciendas y con ellas las cosechas y llegó la falta de víveres (p. 135)


En la reestructuración de la Administración Pública del país, después de la Revolución y la Guerra Civil, los sectores de PRI se repartieron por regiones los “puestos de elección popular”, y el sur del Estado de Nuevo León quedó en manos de la Central Nacional Campesina o CNC, quienes por casi un siglo nombraron desde Monterrey alcaldes que difícilmente podría considerarse que tuvieran habilidades para el liderazgo o la administración pública, y tampoco se les capacitó pues así eran más manipulables.


Recordemos que no basta con tener los talentos, o enterrarlos, es necesario buscar la forma de incrementarlos (Mt 25:14-30).


Nuestros antepasados aprovecharon el vivir en un lugar de paso: en Camarones cobraban peaje a otros ganaderos o les vendían lo que ellos producían, y en San Pedro construyeron un mesón donde pudieran comprar alimentos u hospedarse los arrieros, una plaza para que acamparan durante la noche y potreros de agostadero para que pastaran sus recuas.

Si no se quiere migrar ¿qué alternativas se pueden tener para no vivir en la dependencia o indefensión aprendida?.

Anécdotas Históricas

Los Hermanos Revolucionarios

Tranquilino y Trinidad nacieron en Camarones, pero para cuando principió la Revolución ya vivían en Galeana, así es que allá le entraron a “La Bola” (Armando Torres, Monografías … IV, p. 9).


Como la lealtad a los ideales, si es que se tenían, no era lo fuerte entre los “revolucionarios”, con frecuencia cambiaban de bando.


En una de sus entradas a Galeana los hermanos Torres quedaron en grupos opuestos.


Cuando el grupo vencedor iba a fusilar a los enemigos capturados, se oyó un grito:

- ¡No me mates Tranquilino!, soy tu hermano Trninda´.


El “Tótal”

Por los años setentas u ochentas del siglo pasado los autores de este reporte vivían en Monterrey e iban de vacaciones a casa del abuelo en el Pueblo, y en una de esas ocasiones la broma entre los primos y sus amigos era:

-¿Quién es ese “Tótal” que gana más que yo?.


Pregunta del nuevo Alcalde cuando le presentaron la nómina para que firmara recibo de su sueldo.

Iturbide, Siglo XXI

Un siglo después de la Revolución, en su tesis de Maestría, Mónica Bilbao Espinosa nos proporciona datos obtenidos de reportes de diferentes instituciones que no dejan margen para que nos hagamos ilusiones en cuanto al estado actual de pobreza y rezago económico y social (pp. 16-9), la descampesinazación (p. 46), y la devastación del campo en el sur de Nuevo León (p. 51)


¿Y?

Nosotros hasta aquí los acompañamos con documentos del AGENL, pero mientras dure “la larga noche del sur” cada uno de nosotros tenemos que hacer nuestra parte: Nadie va a poder cruzar el puente por nosotros para que estemos al otro lado de donde estamos ahora. ¿Cuáles son nuestras opciones?.

Necesitamos caminar solos

Algunas veces siento que los indios

esperamos la llegada de un hombre

que todo lo puede.

Que todo lo sabe.

Que nos puede ayudar a resolver

todos nuestros problemas.

Sin embargo, ese hombre que todo lo puede

y que todo lo sabe

nunca llegará;

porque vive en nosotros,

se encuentra en nosotros,

camina con nosotros;

aún duerme,

pero ya está despertando.

Natalio Hernández Xocoyotzin

en Visión de los Vencidos (2018 UNAM, p. 255)

por Miguel León-Portilla


Indicios de Luz

Como hemos visto, durante el siglo XIX el pueblo iturbidense demostró con hechos que no iba a la zaga del resto de los mexicanos en cuanto a heroísmo y expectativas de mejora en sus condiciones de vida.


Durante el siglo XX los habitantes de Iturbide incrementaron su empeño para lograr mayores niveles de educación formal, y con ese fin apoyaron a los jóvenes para que fueran a otras poblaciones, los que participaron en número creciente en la educación media y superior, pero al finalizar sus estudios se encontraron con posibilidades mínimas o nulas en el Municipio para poder ejercer los oficios o profesiones para los que se prepararon, por lo que se establecieron en otras partes.


Aunque en la actualidad esa situación no ha cambiado mucho, y por tanto continuará la sangría, constatamos con gusto como algunos de los integrantes de la nueva generación se esmeran por aprehender o mejorar las habilidades y destrezas sociales que les facilitarán el expresarse en público o participar en grupos: oratoria, danza, deportes, etc. Sin duda el contar con ellas les será de utilidad tanto al capacitarse para el trabajo como al interactuar en el mundo cada vez más complejo en que vivirán.


Retos a Vencer

Es penoso ver que a pesar de que en México hace décadas que por ley es obligatoria la educación formal elemental, según datos del último censo en Iturbide con poco más de tres mil quinientos habitantes, incluyendo a los niños, haya 201 persona mayores de 15 años analfabetas y que un 56% de los de la misma edad tengan educación básica incompleta, pues esto no sólo les limita el acceso a innumerables bienes culturales sino también a oportunidades para mejorar sus condiciones de vida. Estos grupos representan casi dos tercios de la población residente allí (¿si se incluyera a los menores de 15 años qué porcentaje o proporción alcanzarían?).


Estos hechos son más lamentables si tenemos en cuenta que: los iturbidenses desde hace casi dos siglos han estado decididos a mejorar su educación formal, pues por lo menos desde hace 170 años cuentan con preceptores oficiales para la instrucción en “primeras letras”; que desde principios del siglo pasado se graduaron en Monterrey como docentes los primeros jóvenes procedentes de la Villa y que, muy probablemente, la mayoría de quienes hasta la fecha han realizado estudios superiores lo han hecho en esta área. Podemos estar seguros de que no todos éstos han sido sólo “mercenarios de la educación” pues, como dijimos en el último párrafo del apartado anterior, nos consta que el trabajo de algunos de ellos está dando muy buenos resultados.


Al ver las responsabilidades que la Dirección de Educación y Cultura del Municipio tiene por atender, nos preguntamos si no sería más provechoso para la población a mediano y largo plazo el que en lugar de que esa Dirección siga centrando sus esfuerzos en la organización de celebraciones con regalos, bailes y fiestas implementara ya acciones concretas para solucionar los problemas antes mencionados que afectan a tan alto porcentaje de vecinos (por lo menos el 63.5%), a quienes se está dejado de lado.

Aunque desde nuestro punto de vista (hipotético) urgen programas con metas específicas, responsables de los mismos, indicadores de logros bien definidos, fechas para alcanzarlos, etc.; sería necesario sondear si para quienes forman parte de los grupos mencionados, desde su punto de vista, el participar en estos programas representará una ventaja real que justifique la inversión de tiempo y esfuerzo.


En caso de considerarlos relevantes y que aceptaran participar en ellos, podrían aprovecharse las sinergias entre las labores que la Dirección de Educación ya realiza o con las de las otras direcciones o instituciones municipales y las actividades familiares. Por ejemplo: realizar programas individuales o grupales, institucionalizados o no, para apoyar en su alfabetización a quienes lo deseen; talleres de lectura en las escuelas del Municipio o en la misma Dirección, abiertos para todo residente de la localidad interesado; cursos de ortografía y redacción aprovechando las tecnologías actuales disponibles en la localidad, dirigidos ya sea a estudiantes de educación básica y media o al público en general, para así fomentar la participación en los concursos de composición literaria a los que la misma Dirección o el Estado convocan y no tener que seguir declarándolos desiertos; talleres de expresión oral centrados en el conocimiento de la historia, cultura, geografía, etc. del Municipio y la región, pues lo que se desconoce no forma parte de la cultura propia.

En todos estos casos se estaría facilitando el desarrollo personal de los participantes, capacitándolos para que aprovechen oportunidades en el futuro, al mismo tiempo se podría identificar posibles “cuentacuentos”, promotores culturales y turísticos o candidatas a Reina de las Fiestas.


La experiencia y el apoyo entusiasta de la Cronista Municipal facilitaría el que cada uno de los asistentes a dichos programas pudiera desarrollar un concepto (o autoconcepto) más claro de “el iturbidense que es y el que quisiera llegar a ser”.


¿Andaremos descaminados al pretender que quienes estudiaron para ser docentes eduquen al pueblo, además de competir entre sí por los sueldos de los puestos administrativos del Ayuntamiento Municipal, aunque no vivan allí?.


Recordemos que éste es un Municipio “con muy poca tropa, pero muchos generales” o “pocos indios, pero muchos jefes”: Alcalde, dos síndicos, seis regidores, tesorero, secretario, (x) directores, (x) jefes de departamentos, personal auxiliar: policías, secretarias, choferes, mecánicos, etc.

¿Nepotismo?. Sí, claro, pero de todos modos “semos los mesmos” y dependemos de los mismos sueldos y “apoyos”. Tal vez el acaparamiento de puestos por grupos sea mayor problema.


Desafío o Ideal

“The story has never been written that couldn´t have been written better”.

Shirley Povich

Nunca se ha escrito la historia que no pudiera haber sido escrita mejor.

Shirley Povich


Tu turno..

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