Reorganización de Servicios Públicos
Reorganización de Servicios Públicos
Pablo E. de la Peña aclaraba que aunque con el nombramiento recibió también la encomienda de reorganizar los servicios públicos, “ a lo cual procedo desde luego, contando con la ayuda de esa Superioridad”, al solicitar la entrega del archivo municipal a Remigio B. Gonzáles, quien fuera Alcalde en 1918 y huyó para Linares cuando Mucio Pérez atacó la Villa, aquél no lo tenía porque los revolucionarios lo destrozaron “cuando quedó solo este pueblo”. Aunque Cayetano Galindo, quien fuera Tesorero y Recaudador de Rentas “de aquel tiempo”, y que vivía en Galeana, sí entregó varios documentos.
En julio de 1920 Pablo E. de la Peña solicitó autorización para designar un Juez del Registro Civil y a un Registrador Público, y así tener recursos con que pagar a un escribano y a un policía, y atender a los vecinos que volvían a establecerse en sus trabajos. Decía de la Peña: “los pequeños gastos que hasta hoy se han hecho, los he puesto de mi bolsa mientras el Municipio tiene fondos”. También ofrecía que el Profr. Juan Francisco Peña informaría a la Superioridad “en mi nombre todo lo que concierne a este pueblo” (p. 55).
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Sesión Solemne del Ayuntamiento
Presidencia Municipal ¿en la Familia?
Desacato a la Primera Autoridad
Reorganización de Servicios Públicos
Cobro de Piso para el Municipio
Cuando Manuel Meléndez presidió al Cabildo (octubre de 1920), se acordó comisionar al gendarme para que hiciera el “cobro de piso” (impuesto municipal) en la forma siguiente: por fabricar mezcal, 4.00 pesos mensuales; permiso para venta de licores y tabaco, 1.00; licencia para baile, “gallo” o parranda, 1.00; por res, 1,00; cerdo, 30 centavos; cabra, 15; mula, 5; y burro 2.5 centavos.
Otros acuerdos fueron: reabrir las escuelas para niño y para niñas, “exigir” a Remigio B. González que entregara todo lo que tuviera en su poder del Ayuntamiento, pues había sido el último Presidente y se había mudado para Linares; y, finalmente, se pidió al Alcalde hacerse cargo de la reparación de los juzgados, escuelas y cárcel, además de la limpieza de calles y solares.
Pero no habían terminado los problemas, todavía el 23 de diciembre el Correo (persona que transportaba la correspondencia) informó que “perdió lo que traía” (pp. 57-8).
La Acordada de Potrerillos Abusa de Mujeres
Durante la presidencia de Álvaro Obregón (1920-1924) se reportaron algunos abusos cometidos en la Comarca de Camarones por La Acordada (Policía Rural) de Potrerillos (Mainero).
En enero de 1921 el Juez Auxiliar de El Madroño reportó que el día 15 había ingresado en la sierra, por el cañón de La Oveja, gente armada que se dirigió a La Joya de Tunamanza donde residía el Capitán Nicolás Torres, quien fue asesinado, “ignorándose a que gente puedan pertenecer” los bandoleros.
El 6 de febrero del mismo año llegó a Cuevas La Acordada de Potrerillos, abusó de algunas familias (mujeres), cometió infinidad de desórdenes y se robó cuanto encontró en las casas.
En esa misma fecha se presentó en Cuevas Ascensión Torres, quien se quejó de que la misma Acordada cometió abusos en un hermano suyo y la familia de éste, cuando se dirigían a un rancho que tenía cerca de ese punto. Los de La Acordada les dispararon “varios tiros” con el fin de asustarlos y le quitaron las dos mulas en que conducía a su familia.
Pablo E. de la Peña solicitó al Gobernador autorizara una guarnición militar “siquiera de 20 hombres”, a fin de que los vecinos que habían vagado por distintos puntos y que entonces regresaban a sus hogares “tengan garantías” (p. 58).
En septiembre de 1921, “para acabarla”, renunciaron las maestras de la escuela, Rebeca Martínez y Consuelo González, quienes fueron sustituidas por Aurelia Dávila y Beatriz de la Peña (p. 59).
Don Pablito Renuncia Definitivamente
El día 2 de junio de 1922 renunció definitivamente Pablo E. de la Peña a ser Alcalde de Iturbide, “cosa que sí afectó al no haber empleados de Gobierno Municipal”, aunque por alguno tiempo siguió en el cargo el Suplente, Francisco Martínez Guajardo (p. 60).
Con la renuncia de Pablo E. de la Peña se termina el registro de información historicocultural en el AGENL sobre la vida en Iturbide, N. L.: “En junio de 1922 el Presidente Municipal fue Eusebio Velasco Casas, en este período sólo se localizó información de algunos casos de Administración. Y al estado de miseria en que se encontró el Municipio debido a la carencia de trabajo y de cosechas ...” (p. 60).
Las dos escuelas estaban funcionando con sólo dos maestras y en un mismo departamento, pues a la de “Niñas” se le había caído el techo, por lo que había conflicto entre los alumnos de ambas escuelas, sobre todo a la hora del recreo en el mismo patio.
Por otro lado, el Panteón Municipal no tenía puerta (p. 60).