Los “Don”en el Nuevo Reyno de León Y Llegaron a San Pedro de Yturbide, Nuevo León Entre Judíos, Moros, Cristianos “y Otros” Hablando de “Locos” Pero, “de Todo Hay en la Viña del Señor” Nada Más Fuimos Quince Hermanos Para el Nuevo Milenio... Tíos Paternos y Maternos: ¡Cómo? Semblanzas de Familia Desviejadero El Éxodo Síntesis Biográfica Tutti Frutti Sesgos | Tutti Frutti Calle Madero ( vista desde Calle Morelos ) Himno a “la Cobija de los Pobres” Cita en el Infierno Cuentas Saldadas “¡De los manquitos, peneco!” “Su Gusano Quemador” Con el siglo XX, llegó también a la familia la liberación femenina, así es que a veces Miner le daba al soldadote de casa sus manazos, y éste para variar pedía auxilio a su suegra: ¡Mamá!, ¡mamá!, ¡mire a su gusano quemador! (pues era la más “prieta” de la familia). “Sin Palo Ni Piedra” Un día en que Humberto (8a. G.) hizo alguna de sus diabluras, salió corriendo de su casa y su mamá tras él con un chicote. Al dar vuelta en la esquina, Humberto no vio que delante había una escalera y topó con ella. Doña Pola dejó de seguirlo, aclarando: “Dios castiga sin palo ni piedra”. Claro que de inmediato vino la respuesta: “¡si, sin palo ni piedra!, y ¿entonces de qué es la escalera?”. Compra y Venta del Caballo Para la segunda mitad de los años treinta ya habían regresado a Iturbide algunas de las familias que había huido a fines de la Revolución. Como los “revolucionarios” se habían robado todo el ganado que pudieron y todavía no llegaban los carros al pueblo, los adolescentes soñaban con conseguirse un buen caballo. Humberto veía que algunos de sus amigos ya habían logrado que sus padres les compraran el suyo, así es que a toda hora le insistía a doña Pola que él también quería uno. Cuando al fin lo tuvo, no faltó un hombre mayor que de inmediato ofreció comprárselo a “muy buen precio”, y él aceptó. Al comentarlo con Doña Pola, ésta le dijo que el precio que ella había pagado era mayor al que él convino en la venta. Humberto propuso como solución el no entregar el caballo, pero Doña Pola le dio una lección: En la familia los hombres tiene palabra, la próxima vez, antes de hacer un trato infórmate. Genio y Figura … ¿o Será “Genético”? Don Humberto (9a G,), ya viejo, estaba sentado a la sombra tomando agua fresca, a la 2 pm, de una calurosa tarde de verano, cuando vio acercarse a su sobrina nieta Érika (11a G,), de ocho o diez años, toda sudorosa y cargando a la espalda una gran mochila de libros y otros tantos en sus brazos. Él, con “toda la candidez” que le era característica, preguntó: - ¿De dónde vienes, muchacha! La respuesta fue: - ¡De Acapulco! … ¿qué no ve! Las carcajadas de Don Humberto enteraron del incidente a todo el barrio en “tiempo real”. Los Tiempos Cambian … y con Ellos las Costumbres En México hasta principios del siglo XX “era necesario” tener por lo menos una docena de hijos por matrimonio, pues se necesitaban brazos para el trabajo del campo y para proteger de los animales salvajes y de los bandidos las propiedades, además de que si había una epidemia o una guerra éstas se llevaban buena parte de la población y la mortandad infantil era alta; así es que no se toleraba que hubiera solterones. Cuando el jefe de familia lo creía adecuado “arreglaba” las bodas de los hijos con las hijas de familiares o amigos con quienes consideraba conveniente emparentar, de preferencia que tuvieran las mismas creencias y costumbres, ya fueran de la misma comunidad o de los pueblos vecinos; los galanes nada más se presentaban “a recoger el encargo” (Gn. 28:1-3). En el caso de las mujeres la situación podía ser un tanto diferente, pues si algunas “se quedaban a vestir santos” no era mal visto que se les dejara “para el gasto”, pues también en la casa había mucho trabajo por hacer y no siempre había la misma proporción de hombres y mujeres. Cuando era un viudo quien buscaba otra esposa la costumbre era que al casarse le entregara a ésta la dote, pues así en caso de que él muriera antes que ella la familia no podía negarle su parte de la herencia. Quienes vivimos durante el siglo XX fuimos testigos de la desaparición de estas costumbres. Actualmente los jóvenes, tanto hombres como mujeres, sobre todo los “milenials”, prefieren la soltería, no tener hijos y viajar por el mundo. En caso de casarse sus parejas pueden ser “vecinos” de otros países o continentes, forman matrimonios interconfesionales (si son practicantes), que no tienen por que ser “para toda la vida”, y si tienen hijos rara vez éstos son más de dos. Aún así ahora somos más de 130,000,000 de habitantes en México y de 7,500,000,000 en el mundo. Dichos tradicionales de Familia Más vale “bien quedada” (se quedó sin casar) que “mal casada”. Hay que estar cerca de las mujeres chiquillas y de las que se están quedado solteras, de las primeras por zonzas y de las últimas por arrebatadas. Perro que no sale no encuentra hueso. |